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Ventanilla

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Hay preguntas que requieren de mucho tiempo para pensar en su respuesta. Sobre todo, si una de ellas es la eterna pregunta de cómo te definirías. Necesitas tiempo de experimentar algo de dolor y júbilo a partes iguales para darte cuenta de lo bueno y de lo menos bueno, de quiénes son tus ángeles y demonios; de lo que hay al otro lado de la noche más oscura. Que necesitas que te duelan los talones de no saber caminar por avanzar siempre de puntillas, en lugar de apoyar el pie desde el talón en cada paso; de sentir el dolor de tener que estirar los tendones y generar músculo en los gemelos. Aunque duele más el no crecer todo lo que debieras hacerlo, y no hablo precisamente de la altura. Podrías ser la frase de pasión con cabeza, la de puntos extremos que se tocan, corazón de piedra relleno de algodón… Pero no. Esta clase de definiciones surgen cuando menos te lo esperas, como todo lo que realmente vale la pena. Y es que un día, una tarde soleada de una recién estrenada primavera,...

Perdinancias

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La autora Alba Cardalda acuñó el término “ perdinancias ” como esas situaciones en las que, perdiendo, sales ganando. Es decir, cuando tienes a tu alrededor una situación/persona tóxica que te consume y drena energía y la mandas a la mierda; pierdes, pero ganas en paz y en tranquilidad. Y es que el tiempo sólo se consume, nunca se recupera y, además, es finito. A todos se nos acaba en algún momento que no sabemos cuándo va a llegar. Si va a ser mañana cuando salgas de casa y te lleve un camión por delante, o será dentro de 70-80 años en el apacible calor del hogar. Es por ello que hay que arriesgarse a perder ganando; a dedicar nuestro tiempo a aquellas personas y aquellos retos que nos llenen y que nos hagan sonreír; que nos aporten y no aparten. Que cuando tengamos que exhalar el último aliento, sea sabiendo que todo el camino recorrido, por largo o corto que fuera, ha valido la pena. Como bien decía la autora en su libro “ Cómo mandar a la mierda de forma educada ”: No sólo te...

Diábolo

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Las grandes gestas están en manos de aquellos sobre las que recayeron; las gestas que hay detrás de las continuas batallas contra el Enemigo que te Golpea Oculto con una idea de lo que puedes llegar a ser, haciéndote olvidar lo que ya eres. Porque así es como golpea; con la ansiedad por llegar a metas volantes antes de tiempo, olvidándote de disfrutar del camino. En una ocasión, Blaise Pascal dijo: El corazón tiene razones que la razón desconoce. Y es que, si algo he descubierto, es que la única forma que existe de enfrentarte a ese Enemigo que te Golpea Oculto es a base de golpes de corazón. De dominar al Diablo que algunos llevamos dentro. Porque no hay guerras más duras que aquellas que libramos con nosotros mismos; en la soledad de nuestros pensamientos y en el silencio de nuestra propia compañía. Y cuando ganas una batalla de esas, es cuando logras cambiar de verdad.

Absenta roja

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Ojalá nos atreviéramos a sentir, a soñar y a pensar de tal manera que tuviéramos el valor de vivir bajo nuestras convicciones, sin importar otra cosa que no fuera nuestra propia felicidad. La escritora Marguerite Cleenewerck de Crayencour, más conocida como Marguerite Yourcenar, fue una escritora de principios de siglo XX que dijo: Todos nos transformaríamos si nos atreviéramos a ser lo que somos. Permítete el cambiar de opinión, el crecer y el madurar. Permítete el lujo de vivir en el presente, porque en el presente todo pasa por algo. Que hasta los tragos más amargos de absenta enseñan que la felicidad no está en el fondo del vaso, sino con quien compartes las alegrías y las penas; que la mejor forma de honrar el pasado es sacando de él lo bueno y lo malo que te ha hecho ser quién eres, pero sin que el propio pasado sea quien rija tus actos en el futuro. Que sólo hay una manera de saber qué camino seguir, y es aquel que te señala el miedo; que los tesoros más preciados están guardado...

Lvl. 33

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La pasada Navidad, mientras hacía las compras de los regalos, vi en el escaparate de una librería una edición especial de Las Crónicas de la Dragolance en la que estaban fusionados los tres primeros libros de la saga en un único tomo; un libro de páginas súper finas, parecidas a las de la Biblia, con grabados, dibujos y anotaciones de los autores sobre cómo se escribió la obra. Esos tres libros fueron mi puerta de entrada al mundo de la literatura fantástica cuando aún no había ni terminado la primaria. Nadie te enseña a crecer; eso es algo que la vida te enseña si estás atento y pones los cinco sentidos en ello. Pero con los años, aprendes a identificar qué es lo que quieres que esté en tu alrededor y qué es lo que quieres que desaparezca. Aprendes a identificar lo que suma y lo que resta porque hay tantas cicatrices que no se ven, que cada una es un tatuaje bajo piel que recuerda los caminos ya recorridos. A veces estás obligado a vencer y a crecer, y tienes que hacerlo antes de ...

Cuerda floja

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No, el miedo no va a detener a la muerte, pero sí que detiene tu vida. El miedo acelera el tiempo y te hace pensar que ya no lo tienes, pero si algo de verdad te llena, lo creas de donde no lo hay. Que cuando no tienes conocimiento, lo adquieres a como dé lugar. Que cuando no tienes recursos, puedes ser capaz de transmutar el plomo en oro. Si algo aprendes, es a dejar de justificarte; a dejar de reír si no te ha hecho gracia, a ocupar tu lugar aunque tengas que hacer ruido. Normalizas el arriesgarlo todo por un sueño que nadie más que tú puede ver porque, en caso de duda, la decisión que uno toma siempre tiene que ser la decisión más valiente. Dejas de esconderte detrás de las excusas para ir a por lo que mereces. Aprendes a practicar el coraje silencioso que no grita, ni ruge, sólo lo intenta un día tras otro sin cesar. Te vuelves fácil de reconocer, pero imposible de etiquetar; estás fuera de las cajas en las que se divide a la sociedad porque, ahí fuera, es donde ocurre la magia...

Lapidario

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Hubo un antes de la rudeza, del frío como armadura y de la indiferencia como espada. Hubo un antes, hace media vida, en el que los puñetazos, las huidas hacia adelante, la angustia, el miedo y el dolor a la callada eran los maestros de la supervivencia. Sí, a base de hostias se aprende; lo que no te dicen es que dejas de aprender a vivir para sobrevivir. Darwin no se equivocaba en absoluto en eso de la selección humana mediante la evolución del más fuerte. Y, en ocasiones, ser el más fuerte requiere de no hacer nada porque no está en tu mano. Eso también lo acabas aprendiendo. Que aprendes a que hay batallas que libran personas que nos importan y que no podemos librar por ellas; sólo podemos estar ahí, sea cerca o a distancia, para que sepan que nos tienen a su lado. Que los ríos no pueden ser sometidos, que hay que rendirse a su fuerza para poder tener su control. Dicen los sabios que el que intenta sacar a una mariposa de su capullo antes de que esté lista, la mata. Que el que in...

Abra-Kadabra

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Trabaja en ti hasta que llegue un momento en el que tu "yo" de hace dos años y tu "yo" actual, se sentaran a tomar un café como completos desconocidos. Trabaja en tus objetivos, en tus metas y en tus sueños, sé egoísta en términos de acceso, de tiempo y de disponibilidad. No permitas que se te acerque nadie que no merezca la pena. Conviértete en una contradicción para quien no te conozca: pasional y con cabeza, de carácter duro pero que te derrita un gatito. Sé de extremos; porque la vida es como el remo. Una antítesis en sí mismo: El patrón, el que tiene que gritarle a los más grandes, tiene que ser el más pequeño. La eficiencia frente a la fuerza, la coordinación de la cabeza y el corazón frente al fragor y el desconcierto. De aprender a domarte y a dominarte para alcanzar los sueños que te esperan. De evolucionar de Abra hasta Kadabra y que el doblar cucharas con la mente sea el más común de tus pasatiempos. De aprender lo que sea necesario, y donde haga falt...

Ahogado

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Cuentan una historia de un cura que no sabía nadar y que, tras las lluvias que arrasaron su pueblo, se subió a lo alto del campanario para no ahogarse. A pesar de que le ofrecen ayuda en varias ocasiones, pasando primero un hombre en barco, después una lancha y, por último, hasta un helicóptero, el pobre del hombre renuncia las tres veces a la ayuda porque, decía, Dios lo salvaría. Finalmente, se ahoga. Cuando llega al cielo, se encuentra con Dios y le pregunta por qué no lo salvó. Y Dios le responde: Te envié un barco, una lancha y un helicóptero, y no aceptaste ninguno de ellos. Si algo tenían claro los pensadores estoicos, es que todo termina sucediendo por algo; en el momento correcto y oportuno, cuando tiene que ocurrir. Y cuando ese momento tiene lugar, uno tiene que actuar. Porque o actúas sin miedo, o esperas a morir por una intervención divina.

Círculo

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La muerte es algo más que morir. Según el Dr. Sans Segarra, el miedo, en todas sus formas, no deja de ser el miedo a la muerte: Aquel sobre el que se asienta nuestro instinto más primitivo, como es el instinto de conservación, de supervivencia, de querer seguir vivos. El temor a salir de la zona de confort. Vivimos de la forma en la que pensamos, y quizás malgastamos la vida en quedarnos dentro de lo que ya sabemos porque la comodidad es a lo que invita. Pero nunca debemos olvidar que los barcos que esperan por el viento perfecto nunca zarpan del puerto. Que, como dijo Søren Kierkegaard: Es aventurado ser uno mismo; es más fácil y seguro ser como los demás y, como defendía Camus: los pensamientos nunca son honestos; las emociones, sí. Que importa más la paz que tengas que el número de seguidores del Instagram para alimentar el ego y las ansias de popularidad.  Porque por encima de la aprobación social de los demás, siempre estuvo la aprobación sobre uno mismo y que es validad...